Una vez duchaos y arreglaos nos dirigimos hacia Puerto Marina (Benalmádena) para cenar y después tomar unas copitas. Lógicamente tuvimos que aguantar la pedrá de los “publi relations” queriéndonos meter en sus bares ofreciéndonos grandes ofertas. Tan buenas eran que nos dieron garrafón del bueno, que asquito de garrafón.
Después vivimos el gran episodio de:
Tú ere puta? Nos introducimos en Kaleido, pub o discoteca de Antonio Banderas, después de saborear ese gran Legendario por 8 €, y birlarle unas cuantas pajitas a las camareras cachondas, decidimos ir a bailar un poco. Al rato Juanma vió algo raro en una chica ( se queda en mi intimidad lo que vió) y me dijo que esa chica podría ser una “chica de ambiente”, yo lógicamente ni pensé en esa posibilidad, al igual que ninguno de nosotros. Pero fueron ocurriendo algunos hemos que nos hicieron ir cambiando de opinión. En primer lugar la chavala estaba sola, en segundo lugar al ratillo se acercó un chico de color, le trajo una copa y al poco se fue. Hasta aquí algo raro pero bueno. Ya al rato se acercó un chico a charlar con ella y al rato Juanma se percató de que el chico de color de antes se había sentado en la barra solo y cerca de la chica. Con lo que después de esto la coña con Juanma a cerca de su imaginación empezó a convertirse en realidad. Pero lo realmente fuerte fue cuando “la pareja” decide irse a, dar una vuelta? y la chica se acerca al hombre de color durante un minuto. Menuda cara se nos quedó. Pero la historia no acaba aquí pues a los 5 minutos de irse del lugar nosotros también decidimos irnos, y cual es nuestra sorpresa que nos encontramos a la feliz pareja a la salida. Esto empezaba a ser surrealista total. Px claro uno ya se pregunta si el chaval sabía que era una chica de vida alegre y desde cuando. El pobrecito mío estaria to contento con su ligue y se dio cuanta de que le salió un poco caro, jeje. Pos na la pareja estaba charlando cuando salimos nosotros y cuando empezó a andar pues resultó que iban en el mismo sentido que nosotros, que casualidad no? Pero las sorpresas no acaban ahí porque claro todo esto podían ser puras conjeturas nuestras, producto del garrafón y de la coña de los 9 allí presentes, pero cual fue nuestra sorpresa cuando a unos 10 o 20 metros detrás de la pareja iba su amigo morenito acompañado de otro más, mu fuerte!. Al final los dejamos dando el paseo que no sabemos ni donde ni como acabó.